La buena educación
Leyendo el
artículo Los nuevos zombies de Javier
Marías, no puedo estar más de acuerdo con él en lo que se refiere a la
segunda parte del mismo. Me parece una gran descortesía hacia la persona o
personas que tenemos al lado esa manía tecnológica que nos ha entrado
últimamente según la cual los nuevos juguetes informáticos acaparan toda
nuestra atención en detrimento de las relaciones humanas, la socialización y
las conversaciones no virtuales de más de 140 caracteres. Por esta razón, para
curarme en salud, ya les he prohibido a mis hijos que, cuando llegue mi vejez,
ni se les ocurra ir a visitarme a la residencia, al hospital o a dónde demonios
me encuentre con un smart de los que
entonces se usen. Por otra parte, no creo que en este aspecto seamos más o
menos diferentes del resto de Europa o de ciudadanos del mundo.
La primera
parte del artículo es la que me suscita a mí la duda de si en realidad somos
mucho peor educados que los ingleses, alemanes, franceses o austríacos, entre
otros. Los ingleses vienen a nuestro país en hordas dispuestas a “divertirse”
ingiriendo litros de alcohol y destruyéndolo todo a su paso ( macrofiestas en
Salou recientemente); precisamente hace unos años también en Salou un francés
pagado de sí mismo, donde va a parar la exquisitez gala en comparación con los
siempre atrasados españolitos, no tuvo el menor reparo de asentar su culo en la
cabecera de mi hamaca a la vez que mercaba con un vendedor ambulante, mientras
yo esperaba de pie observando estupefacta la escena; ¡Austria!, uno de esos
países que tanto tienen que enseñarnos en cuanto a urbanidad y educación, puedo
certificar que el racismo se respira a nivel de calle, a nivel de personas que
sufren la humillación de encontrarse en
situaciones como prohibirles la entrada en determinados bares por no ser rubios
y de tez clara…y no es una situación aislada, esto le ocurre a menudo a un
joven de mi familia que se vio obligado a emigrar por la maldita crisis.
Yo creo que no
es el mayor de nuestros problemas el que tengamos poco apego a las formas y a
las normas de cortesía y, por supuesto, no es la marca que nos diferencia de
los demás países. Por favor no echemos más leña al fuego de nuestras miserias,
que ya tenemos bastante con el lastre de nuestra historia de siempre y de
ahora, plagada de reyes holgazanes, Iglesia
depravada y manipuladora, políticos incompetentes y corruptos y
economistas que no tienen ni idea de lo que vale un peine.
Conchi Rivera Lobo. Gijón(Asturias)
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